martes, 31 de agosto de 2010

En marcha

Si has llegado hasta esta página de casualidad y no sabes de que va te recomiendo que empieces por el principio.


11 de abril
Barcelona 05:40

Yo seguía desconcertado. Aún no entendía como habíamos acabado en esta situación por una estúpida fotografía. En aquella oscura habitación el tiempo parecía discurrir muy despacio, casi como en un sueño. Sólo la presencia de Paula me reconfortaba un poco.

Los dos hombres seguían relatando las hazañas del tal J. No leían ninguno de los cientos de folios que habían traído, ni falta que les hacía. Se los sabían de memoria. También conocían a la perfección las fotos y todo el material que tenían sobre ese hombre. Parecía que llevasen muchos años tras él.

Sus voces sonaban en mi cabeza pero no entendía sus palabras. Intenté prestar atención a lo que decía el inspector inglés ...

- En 2008 un vigilante de seguridad voló por los aires parte de una planta química. Descubrimos que pertenecía a varias organizaciones ecologistas radicales y había intercambiado mails con J. En ellos hablaban de una acción directa que cambiaría el mundo.

El año pasado una camarera envenenó a un alto directivo de una empresa tecnológica. Encontramos un diario en su casa en el que contaba como había entrado en contacto con J en una exposición fotográfica sobre la explotación infantil. Parece ser que habían quedado varias veces para hablar de cómo las empresas se aprovechan de la mano de obra barata de los países en desarrollo.
Cuando decidió asesinar al directivo parecía que J la alentaba, pero cuando le contó lo que había hecho, éste la reprendió y le propuso que se entregase a la policía. Iba a pasar muchos años en la cárcel pero se lo merecía por lo que había hecho.

- Se suicidó ese mismo día. - puntualizó el teniente. - O eso es lo que nos ha hecho creer.

El teniente nos miró y se incorporó un poco hacia adelante.

- Como ven, se trata de un hombre peligroso. Tanto por lo que hace como por lo que consigue que hagan por él.

- Efectivamente - continuó el inspector - pero creemos que hace algo más que eso. Tenemos indicios de que puede tener informadores en las principales compañías del planeta, dispuestos a robar información o a llegar mucho más lejos.

- Incluso estamos convencidos de que tiene un topo aquí ... en la Interpol.

El inspector se giró de inmediato hacia su subordinado. Le había cambiado la cara en un instante.

- My god Fernando, esa teoría es sólo suya!!

- Sí inspector, pero estoy a punto de demostrar que ...

PUUUMMMM!!!

El puñetazo en la mesa retumbó en la pequeña habitación. El inspector estaba exaltado.

- Teniente, no continúe. Ahora no podemos perder el tiempo en sus luchas personales. Tenemos cosas más importantes entre manos.

La situación se puso bastante tensa entre los dos hombres, pero la autoridad del inspector se impuso rápidamente. Se notaba que el teniente era un hombre habituado a recibir y hacer cumplir órdenes.

- Tiene razón inspector, ahora la prioridad es protegerles a ustedes. - se volvió hacia nosotros con gesto serio.

- ¿Pero cómo piensan protegernos si tienen un infiltrado ... ? - preguntó Paula.

- Olvídense de eso. Nuestros mejores hombres estarán encargados de su seguridad, no tienen nada de qué preocuparse.

- Hemos pensado que será mejor que se separen. Creemos que el objetivo principal es el señor López y sería estúpido por nuestra parte ponerla a usted también en peligro señorita Fernándes.

- Pero ... - intenté replicar.

- Por favor, confíen en nosotros.

- ¿Acaso tenemos otra opción? - replicó Paula

- Lo cierto es que no - contestó el teniente encogiéndose de hombros. - Así que lo mejor es que nos pongamos enseguida en marcha.



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